¿De dónde viene la imaginación?

Ciertamente no sé de dónde viene la imaginación. Supongo que a cada quién le viene de un lugar y en una manera distinta.

A mi, casi siempre, me llega cuando lo pido, cuando te veo, cuando te recuerdo sentada en mi escritorio, cuando en mis ojos aparecen los tuyos, cuando eso pasa, sé que la imaginación llegó y puedo utilizarla.

A veces la imaginación viene de las personas que me rodean, de las frases que esa gente dice, de sus gestos y las innumerables formas que tienen para reírse, de la felicidad también nace. 

Otras veces viene con Coca Cola, con café o música de tres beats. El efecto del azúcar o el ritmo acelerado hace que llegué y justo en ese momento la atrapo, juego con ella, me dicta historias, me invita a salir del cuerpo de oficinista, me reta, deja que la toque, que le haga lo que se me dé la gana.

El momento más triste es cuando se va, como todo, nada es para siempre, aunque siempre sé que volverá, en el momento más inesperado, cuando el aburrimiento me invada, cuando escuche a alguien a quien no quiero escuchar, cuando no tenga cafeína en mi sangre.

Regresa, en momentos en donde todo está apunto de irse al carajo, vuelve por eso me gusta, siempre vuelve, me gusta que lo haga, sé que no es mía, pero me gusta pensar que lo es, ya me perdí, no sé si estoy hablando de una parte esencial de mi vida o de ti, como sea, tu y la imaginación se parecen tanto… tus ojos otra vez. 

Gracias por seguirme, leer y compartir.

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